|
|
Gay Mundo
Pánico antigay se apodera de Polonia
Las agresiones han aumentado de manera exponencial desde que Polonia ingresó a la Unión Europea el 1º. de mayo. Esto quizás sea una señal de la ansiedad de la extrema derecha acerca de su capacidad de mantener a raya la influencia "corruptora" de una Europa occidental más liberal.
Cracovia ácida "Enseguida, la atmósfera se puso muy tensa" en el desfile, informó el diario francés Le Monde el 10 de mayo. "Ante la mirada indiferente de un puñado de policías", los manifestantes desfilaron ante una multitud colérica, compuesta no sólo de contramanifestantes sino de simples peatones, que les gritaba desde las aceras, "¡Asesinos!", "¡Maricones al hospital!" y "¡Pervertidos, fuera de Cracovia!" El desfile "fue bloqueado al pie del castillo de Wawel por decenas de matones que procedieron a "dar caza a los homos" hasta la plaza principal de la ciudad vieja. Considerando, sin duda, que esto era perjudicial para el comercio, la policía intervino entonces para evitar más violencia ", concluyó Le Monde. La Campaña contra la Homofobia, el principal grupo de derechos civiles gays de Polonia, que organizó el desfile, identificó a los atacantes como miembros de la Juventud Cien por Cien Polaca, brazo militante de la Liga de las Familias Polacas, el principal partido de extrema derecha. La Campaña dijo que "alrededor de doscientos" atacantes acribillaron a los manifestantes con petardos, huevos, botellas, rocas y hasta ácido. Cuando los manifestantes trataron de refugiarse en los restaurantes, los dueños no los dejaron entrar, declaró a la prensa Sylwester Gumienny, un activista de la Campaña. "Vasos y botellas empezaron a volar de las terrazas de los cafés en dirección de los policías y de todos los demás", agregó Gumienny. "Los turistas, confundidos, no sabían lo que estaba pasando. Las madres trataban de huir con sus niños. Entonces la policía empezó a disparar en el aire para calmar la situación.... Las batallas entre matones y policías duraron hasta tarde en la noche. Detuvieron a 20 de los más belicosos de aquéllos. Hay dos personas en el hospital, una con la cara quemada porque uno de esos nazis tiró una bolsa con ácido a la multitud". Prohibido en Varsovia La "Parada de la Igualdad" de Varsovia, para celebrar el orgullo gay, fue prohibida en junio por el alcalde Lech Kaczynski, un conservador que es uno de los políticos más populares del país. Kaczynski calificó el evento de "sexualmente obsceno" y de "peligro para la moral pública" y afirmó que el objetivo de éste era difundir la pornografía y herir la sensibilidad religiosa de la gente. El alcalde rehusó reunirse con los organizadores de la parada, la Campaña contra la Homofobia. "No estoy dispuesto a reunirme con pervertidos, se informa que dijo. Para que a los organizadores no les quedase la menor duda de su posición, el alcalde aprobó dos contramanifestaciones de la derechista Liga de las Familias Polacas y su violenta Juventud Cien por Cien Polaca, anunciadas para el mismo día y en el mismo lugar que la proscrita "Parada de la Igualdad". En protesta por la supresión de la parada del orgullo, activistas gays y sus partidarios llevaron a cabo un "Mitin pro Libertad" el 11 de mayo en Varsovia. Ese mismo día, la embajada polaca en París fue salpicada de pintura con los colores del arcoiris e inundada de volantes gays que denunciaban la homofobia en Polonia. Lazos de sangre La Liga de las Familias Polacas tiene sus tentáculos en todas las actividades antigays en Polonia, de la violencia de los "cráneos rapados" a la legislación homofóbica. En junio extendió su influencia al Parlamento Europeo, al ganar 10 de los 54 puestos de Polonia, un resultado electoral superado únicamente por la conservadora Plataforma Ciudadana, que logró quince. En marzo, el patriarca de la Liga, Maciej Giertych, patrocinó en el Parlamento polaco una comparecencia de Richard Cohen, un autodenominado "ex gay" y "terapeuta de la conversión" estadounidense que preside la llamada Fundación Internacional de la Curación. La visita de Cohen se produjo poco antes del inicio del debate parlamentario sobre una ley para legalizar el matrimonio entre personas del mismo género presentada por la Senadora Maria Szyzkowska, uno de los pocos legisladores que apoyan a la comunidad gay. Cohen pidió al Parlamento diez millones de dólares para erradicar la homosexualidad y lo instó a aprobar una ley para criminalizar el activismo gay en Polonia, ley que el diputado Roman Giertych, hijo de Maciej y líder de la Liga, presentó a continuación, como era de esperar. La ley Gyertych enmendaría el código penal para criminalizar, entre otras cosas, todo intento de cambiar la definición tradicional del matrimonio como una unión entre un hombre y una mujer. El fundador de la dinastía política de los Giertych, Jedrzej Giertych, fue un "dirigente antisemita radical en la década de 1930", según el Instituto Stephen Roth de la Universidad de Tel Aviv, que estudia el antisemitismo en todo el mundo. El primer Giertych, que era el padre de Maciej y el abuelo de Roman, escribió en 1938 un libro tristemente célebre, "El Final de la Crisis", en el que pedía la expulsión de los judíos de Polonia. Sus ideas todavía tienen muchos seguidores en este país. El año pasado, en el centenario de su nacimiento, Cracovia acogió una entusiasta y nutrida conferencia sobre su labor. Sus escritos se reimprimen con regularidad. Cohen es un hallazgo delicioso para la Liga, porque su negocio de "conversión" no se limita a la identidad sexual. La Agencia de Prensa Católica de Polonia informó que la clave de la transformación del homosexual Cohen en heterosexual fue, "como él mismo indica, su encuentro con Cristo. Cohen, que profesaba hasta entonces el judaísmo, se convirtió en cristiano". Guerras culturales La incursión parlamentaria del "ex-gay" Cohen se produjo pocos días después de que "La Pasión del Cristo" de Mel Gibson tomara por asalto a Varsovia. La astuta selección de la capital polaca para el estreno europeo de la película fue muy fructífera. En autobuses, se llevó en masa a los fieles a los cines, donde se dice que lloraron a lo largo de la película. El jefe de la Iglesia polaca, cardenal Jozef Glemp, calificó la película de "preeminente"; el padre Tadeusz Rydzyk, que dirige la derechista y antisemita Radio Maryja, la llamó "archihermosa". El semanario católico Gosc Niedzielny publicó un artículo casi hagiográfico titulado, "´Santo´ Mel", en el que se ponía de relieve el origen irlandés de éste, y su alcoholismo, conversión al catolicismo fundamentalista, adicción a la misa en latín y a la moral tradicionalista y construcción de su propia iglesia. Pocas voces de protesta se alzaron en medio del orgiástico enamoramiento nacional con Gibson. Una de ellas, desde el seno mismo de la Iglesia Católica, fue la de Romuald Jakub Weksler Waszkinel, sacerdote y profesor de filosofía de la Universidad Católica de Lublín. De niño, sus padres, que como él eran judíos, lo entregaron a una familia católica, para salvarlo del Holocausto. "Nunca voy a representaciones del misterio de la Pasión y, de seguro, no iré a ver la Pasión de Gibson", declaró a la prensa. Además, señaló sarcásticamente, "ya hay más debates de la cuenta sobre si incita o no al antisemitismo. Y otra vez oigo decir que los culpables son los judíos, porque protestan". La cineasta Agnieszka Holland, que es judía, se contó entre quienes criticaron abiertamente la película. "Si se tratase sólo de una película, bastaría discutir si está o no lograda. Pero todos sabemos lo que está detrás de ella: dos mil años de historia, toda la actitud de la Europa cristiana hacia los judíos y, por último, los pogromos y el Holocausto. En mi opinión, en los últimos 56 años la Iglesia [Católica] ha rectificado de cierta manera, con palabras y hechos, esos dos mil años. Sin embargo, temo que un fenómeno sociológico, y esta película es un fenómeno sociológico, niegue esos cincuenta y tantos años". Nacionalismo Otro fabuloso éxito ideológico y comercial ha sido el de "Troya", con Brad Pitt, cuyo estreno en Polonia coincidió con la consolidación de la presencia militar polaca en Irak, en apoyo del ejército de ocupación estadounidense. Gazeta Wyborcza, el principal diario del país, aclamó a "Troya", junto con "El Regreso del Rey", "El Último Samurai" y "Aníbal", todos ellos mediocres productos hollywoodenses, con un rimbombante titular: "Vuelve el gran cine de guerra". El suplemento masculino de Gazeta, un bastión de heterosexualidad que publica, generalmente, fotos vistosas de automóviles, desplegó, en su lugar, a un Brad Pitt ("El Chico de Troya") convertido en ícono mal disimulado de la invasión estadounidense de Irak, la cual tanto el periódico como el gobierno polaco apoyan ciegamente. Por el contrario, cuando "Fahrenheit 9/11" de Michael Moore se estrenó por fin en Polonia, Gazeta la ridiculizó, tildándola de "panfleto asqueroso", y la comparó con las películas de propaganda nazi de Leni Riefensthal. Su corresponsal en Washington opinó que la película de Moore había sido realizada con una "intención malvada". La unión incestuosa entre nacionalismo y religión en Polonia, cuya encarnación política más virulenta y exitosa es la derechista Liga de las Familias Polacas, tiene consecuencias calamitosas para los gays y las mujeres. Hay una insistencia obsesiva en la reproducción. La derecha repite ad nauseam el argumento de que la tasa de natalidad de Polonia está bajando. "La patria está en peligro," gritan los políticos y la prensa. "Los polacos estamos muriendo, no hay generaciones nuevas; las lesbianas, los gays y los pedófilos no se reproducen. Por el contrario, ¡quieren tender una emboscada a tus hijos y despojarlos de lo que les pertenece! Este último año se ha perfilado claramente que lo que está ocurriendo en Polonia es, de hecho, una movilización nacionalista contra un enemigo imaginario: los homosexuales. No sorprende que el ácido haya sido una de las armas usadas en los ataques de Cracovia. El ácido no solo duele y quema, sino que borra. Las fuerzas xenófobas polacas no quieren sencillamente contener la cultura minoritaria y la diversidad, sino borrarlas. La censura, ese ácido metafórico, también está en aumento. A principios de año, el director del Departamento de Cultura Polaca de la Universidad de Varsovia prohibió una serie de conferencias extracurriculares sobre estudios "queer", centradas en la literatura, la filosofía, la ética y la sociología. No obstante, a fines de mayo, estudiosos y activistas llevaron a cabo, desafiantemente, la quinta conferencia de estudios lésbicos, gays, transgénero, bisexuales y "queers" de Polonia, con más de cien participantes de Polonia, el resto de Europa oriental y los Estados Unidos. Complicidad de la prensa La prensa polaca, férreamente homofóbica, ha alentado y legitimado a la cruzada antigay. Este último año, en especial, la prensa se ha convertido prácticamente en un vocero cada vez más estridente de los elementos antigays más reaccionarios. En el otoño de 2003, Gazeta Wyborcza publicó de manera destacada y sin sentido crítico alguno en su sección "Ciencia", un estudio defectuoso de Robert L. Spitzer, un profesor de la Universidad de Columbia, en Nueva York, que pretendía mostrar que la "terapia de conversión" es eficaz. En titulares sensacionalistas de primera plana, el periódico insinuó luego, en febrero de 2004, que el director del Coro de Niños de Poznán, Wojciech Krolopp, acusado de pedofilia, era también seropositivo. Se desencadenó entonces en todo el país un verdadero frenesí antigay en el que se equiparó pedofilia, homosexualidad y VIH/SIDA. Todo el mundo, desde el político más encumbrado hasta el internauta más insignificante, estuvo de acuerdo en que los homosexuales eran, todos ellos, pedófilos sucios, corruptos e infestados de SIDA que merecían una muerte horrible. La estrella de la música pop Maryla Rodowicz declaró al tabloide Fakt que se debería castrar a los pedófilos. En el mismo número, Wieslaw Walendziak, un político que fue director de la televisión estatal polaca, publicó un artículo en el que acusaba a "las minorías sexuales y a quienes las apoyan de todas las transgresiones morales imaginables". En la portada del semanario nacional Wprost, el 13 de junio, apareció una pareja heterosexual amordazada con una cinta adhesiva en la que se leía la palabra "tolerancia"; encima, en los colores del arcoiris, estaba el titular "La Dictadura de la Igualdad". En un ataque vitriólico contra el director de coro Krolopp y los gays en general, Wprost pretendió, además, haber descubierto una conspiración internacional de gays (el "Hominterm") para propagar el VIH/SIDA. Cuando el director de coro Krolopp fue sentenciado el 23 de julio, el tribunal lo condenó a una pena aún más larga que la que pidió el fiscal.
La Campaña contra la Homofobia |