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![]() Se mantienen en sus trece las lesbianas guatemaltecas La violencia no detendrá esfuerzos por organizarse Por Kelly Cogswell
Su candidatura, aprobada el 15 de julio, fue rechazada días después por la Corte Suprema de Justicia de Guatemala, mientras que miles de manifestantes protestaban en las calles. Ríos Montt apeló el fallo, alegando que la enmienda constitucional de 1985 que prohíbe que se postulen ex dictadores y participantes en golpes de estado no se aplica a su caso, ya que el golpe de estado que lo llevó al poder se produjo dos años antes de que la misma fuese aprobada.
Ríos de sangre La guerra, que duró 36 años, se caracterizó por las matanzas de civiles. El saldo fue de unos 200,000 muertos y un millón de guatemaltecos exiliados, huyéndole a la violencia (Guatemala tiene hoy 13 millones de habitantes). Muchos de los paramilitares afiliados al régimen dictatorial de Ríos Montt continúan activos, asesinando e intimidando a opositores políticos e imponiendo a la fuerza su fundamentalismo cristiano extremista. La repatriación de pandilleros guatemaltecos procedentes de Estados Unidos ha agravado el clima de violencia legado por la guerra civil. La policía local calcula que en la actualidad hay más de 200,000 pandilleros en Guatemala, muchos de ellos procedentes de pandillas activas en Los Angeles.
Mano dura
Durante una visita este verano a la sede neoyorquina de Amnistía Tenemos mucho miedo, todas, y mucho miedo porque vivimos los últimos años de la represión en Guatemala. Sin embargo, tenemos la convicción de que si no seguimos, la situación no va a cambiar, y no solamente para nosotras, porque también nos unimos a otras luchas, sino que también para cambiar la situación política-social en Guatemala.
La izquierda en el clóset "Los de izquierda nos dicen que sí en privado, pero no salen del clóset en público, no quieren comprometerse en público. Ningún congresista nos ha recibido personalmente; hasta ahora sólo hemos hablado con sus asesores, dice Acevedo. Nineth Montenegro, de la izquierdista Alianza Nueva Nación, que tiene la reputación de ser una de las dirigentes políticas mas progresistas de Guatemala, le dijo a Lesbiradas que la discriminación contra los homosexuales no cuenta mucho cuando la gente se está muriendo de hambre... Montenegro declaró luego en el periódico Prensa Libre que en este momento hay cosas más importantes que hablar de lesbianas y homosexuales. Este tipo de razonamiento poco consuela a las mujeres transgénero asesinadas por los paramilitares, o a activistas gays como Jorge López Sologaistoa, uno de los líderes de OASIS, el grupo de lucha contra el VIH/SIDA, quien fue brevemente secuestrado hace unos meses pero logró escapar. Para López Sologaistoa, recibir amenazas de muerte es cosa de todos los días.
Las lesbianas no son mujeres El uso de la violencia como mecanismo de control social para mantener a las mujeres sumisas e invisibles constituye un problema grave para las lesbianas. Las mantiene fuera de los espacios públicos, les impone el clóset y las hace presa fácil de las familias homofóbicas. Hasta la discriminación en contra nuestra es invisible, dice Acevedo. No pasa en las calles como le ocurre a los hombres gays y a las personas trangénero porque nosotras, por ser mujeres, no estamos en las calles. A causa de todo esto, tenemos pocas pruebas concretas de las violaciones en contra de nuestros derechos humanos. En Guatemala, cuando las familias se enteran de que la hija es lesbiana, la encierran en la casa, la violan o la casan, dice Acevedo. Como ejemplo, cuenta el caso de Carla, encarcelada en su casa por sus padres cuando se enteraron de que tenía novia. La encerraron en su cuarto. Solo abrían la puerta para pasarle comida. Sólo la dejaban salir para ir al baño, siempre escoltada por un hermano que era su custodio en todo momento, encargado de vigilarla día y noche. La chica logró escaparse poco después de cumplir la mayoría (18 años) y se refugió con nosotras. La familia la descubrió y se apareció con la policía en Lesbiradas. Las autoridades se pusieron de parte de la familia. Trataron de demandarnos por "secuestro", pese a que la chica era ya mayor de edad. Lesbiradas le consiguió abogado a Carla y, junto con ella, le pusimos un pleito judicial a la familia. Fue un proceso largo. A cada paso, las autoridades presionaban a la chica para que retirara la demanda; cada vez que esto pasaba, Lesbiradas denunciaba las presiones y contraatacaba. Al final, en el "cara a cara en el juzgado", la familia convenció a Carla a volver a la casa. Ella aceptó y ellos enseguida la sacaron de Guatemala. No sabemos dónde está ahora. Pero estamos satisfechas de que nos mantuvimos firmes en nuestra posición. Ser lesbiana no es contra la ley en Guatemala, aunque nuestros derechos no están garantizados.
Rompiendo vínculos Desde la separación, Lesbiradas ha hecho acto de presencia en marchas por el Día Internacional de la Mujer y en contra de la violencia. La organización también logró que 80 lesbianas asistieran en 2002 a la Marcha del Orgullo Gay en Ciudad de Guatemala. Además, el grupo ha organizado dos acciones directas. Fuimos todas juntas para besarnos al parque central de Ciudad de Guatemala. Y obviamente después vamos corriendo porque es peligroso ser lesbiana en Guatemala". En junio del 2002, Lesbiradas inició una campaña en Ciudad de Guatemala usando carteles y calcomanías que decían ¡Basta! No más invisibilización. Las lesbianas estamos en todas partes" y "¡Basta! No más exclusión. Lesbianas por una educación libre de prejuicios. Los pusieron en universidades, paradas de autobús y bares. También colocaron banderas en las cuatro entradas de la ciudad. Éstas "duraron un par de días antes de ser arrancadas, dice Acevedo. La campaña logró captar la atención del diario El Periódico y de la estación de televisión nacional, TeleDiario. En agosto del año pasado, después de lograr la personería jurídica como organización sin fines de lucro, Lesbiradas consiguió por fin local propio. Es grande, de dos pisos y con varios cuartos, dice Acevedo. Para celebrarlo, hicieron una gran fiesta inaugural.
Soluciones visibles Esto es muy difícil, porque todo se esconde, se hace en secreto. Las propias víctimas no hablan por vergüenza, dice Acevedo. Lesbiradas se sustenta con unos modestos fondos que le da Hivos, el organismo holandés de coooperación internacional para el desarrollo, pero espera y necesita encontrar otras fuentes de financiación. Lesbiradas está alarmada por el aumento de la violencia en Guatemala y por la candidatura de Ríos Montt, dice Claudia Acevedo. Pero las activistas están determinadas a continuar, aún si el general le da el golpe de gracia a una opción legislativa ya debilitada por el miedo de los izquierdistas. Hay otro camino que estamos tomando al mismo tiempo: tratar de cambiar la cultura, por lo menos para crear visibilidad para las lesbianas, para tener una presencia pública y cívica, concluye Claudia Acevedo. Traducción de Carlos Ulises Decena
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